Nobel de Economía 2025: Destrucción creativa, motor del crecimiento

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La segunda parte del Premio Nobel de Economía del año 2025 recayó sobre Philippe Aghion y Peter Howitt por sus aportes sobre como la innovación empuja al crecimiento económico.

Es muy interesante el análisis que estos dos autores realizan sobre la naturaleza disruptiva y esencialmente problemática de la innovación tecnológica. En un análisis que combina teoría económica con elementos de la sociología, nos dicen que las nuevas tecnologías generan claros ganadores y perdedores y, como es normal, los perdedores se rebelan contra el cambio y la innovación.

De hecho, para los galardonados, los ganadores del proceso de innovación estarían “robando” el mercado a las empresas antiguas y ya asentadas.

La primera parte del Premio Nobel de Economía del año 2025 la recibió Joel Mokyr por su análisis de la Revolución Industrial y la Gran Divergencia europea

¿Qué es la Escuela Neoschumpeteriana?

El trabajo Aghion y Howitt se entronca dentro de la corriente económica denominada neoschumpeteriana. Pero, ¿qué es la escuela neoschumpeteriana?

Esencialmente son los herederos intelectuales de Joseph Schumpeter. Schumpeter fue un economista austriaco muy prolífico y famoso en su tiempo que hizo aportes en varias ramas de la economía[1]:

  • Ciclos económicos[2]
  • Historia del pensamiento económico[3]
  • El rol del empresario y la innovación en el crecimiento económico[4].

Es precisamente en el rol del empresario y la innovación donde se apoyan los neoschumpeterianos para desarrollar su escuela.

Los rasgos distintivos de los neoschumpeterianos son:

  1. Visión de la competencia entre empresas como un proceso de innovación (vs precio como señal orientadora empresas).
  2. Incertidumbre en el proceso de innovación: las decisiones empresariales no pueden ser reducidas a resultados probabilísticos
  3. Existencia de no-linealidades: derivada de la incertidumbre en la innovación, también existe una incertidumbre y procesos no lineales en el crecimiento económico (que es la consecuencia de la innovación).
  4. El crecimiento económico destruye equilibrios preexistentes y genera dinámicas de ganadores y perdedores.

Para ver algunos desarrollos de neoschumpeterianos, se puede ver aquí la teoría del ciclo de Akerman y Dahmen aquí[5].

Ahora que ya sabemos de donde vienen nuestros Premios Nobel, veamos cuáles son sus aportes:

El concepto de destrucción creativa

Un elemento fundamental de los aportes de Aghion y Howitt es el concepto de destrucción creativa.

La destrucción creativa es un concepto que utilizó Schumpeter en su teoría de la empresarialidad. Para Schumpeter:

“La destrucción creativa es el proceso, si se me permite el término biológico, que revoluciona incesantemente la estructura económica desde dentro, destruyendo sin cesar la antigua y creando sin cesar una nueva. Este proceso de destrucción creativa es el hecho esencial del capitalismo. Es en lo que consiste el capitalismo y el medio en el que toda empresa capitalista tiene que desenvolverse”.

Schumpeter, 1943[6]

El concepto de destrucción creativa, por tanto, hace referencia a una doble característica que poseería la innovación empresarial:

  • Proceso creador: el empresario innovador crea nuevos productos, nuevos métodos productivos, nuevos mercados o nuevas formas organizativas. En este ámbito, el empresario
  • Proceso destructor: el empresario innovador provoca una destrucción de toda la estructura económica de aquellas industrias que la innovación deja obsoleta

Destrucción creativa, crecimiento económico e importancia de las patentes

Para los Nobel Aghion y Howitt, el crecimiento económico viene determinado por el proceso de destrucción creativa.

No está claro el proceso por el que la innovación empuja al crecimiento económico, aquí es donde los premiados nos exponen su visión de este proceso:

  1. El gasto en I+D por parte de empresas genera innovación.
  2. La innovación provoca sustitución de productos por otros con una mejor calidad.
  3. La innovación es protegida por una patente que permite a la empresa explotar los beneficios del nuevo producto en exclusiva (esto es, consigue beneficios monopólicos de los nuevos productos que genera la innovación).
  4. Empresa genera ingresos extra hasta que una mejor innovación desplace a su producto.

En resumen, para Aghion y Howitt, el crecimiento económico ocurre gracias a mejoras en la calidad de los productos. Además, se enfatiza el “efecto hombros de gigante”, en el que las innovaciones se retroalimentan y generan crecimiento económico sostenido.

Innovación, monopolio y crecimiento económico

Pero la idea de ingresos en régimen de monopolio y la idea de crecimiento económico puede parecer contradictoria. De hecho, una parte importante del análisis microeconómico se basa en la idea de que hay que evitar, en la medida de lo posible, estructuras de mercado monopólicas mientras que los premios Nobel parecen sugerir lo contrario.

Pero en este proceso es clave entender que la patente no puede proteger a una empresa contra el riesgo de una nueva innovación. La patente sólo protege la actividad de la innovación actual. Pero, en cuanto la innovación es superada, la patente original no vale nada.

Por tanto, para Aghion y Howitt, los ingresos monopólicos son precisamente el incentivo a la innovación, sin ellos no habría innovación y no habría tampoco crecimiento económico sostenido.

Esta visión es perfectamente comprensible si tenemos en cuenta que para los neoschumpeterianos lo realmente característico de un mercado competitivo es el proceso de innovación, no la estructura de producción de bienes.

Conexión entre organización industrial y crecimiento económico

Los premiados también realizan aportes en lo que tiene que ver con el vínculo entre la disciplina de organización industrial y el crecimiento económico.

Aghion y Howitt ven la creación y quiebra de empresas y la constante reasignación de factores productivos que ello conlleva como algo positivo para la creación de valor y el crecimiento de la economía. Sería algo similar al proceso de prueba y error que tanto enfatizaba Hayek.

El problema es que la innovación lleva a sustitución de productos y tensiones entre los que ven sus productos triunfar y los que ven a sus productos desplazados. Aquellos en riesgo de ser desplazados tienen un incentivo muy grande para hacer actividades de lobby y evitar, regulatoriamente, ese desplazamiento.

Los recursos de las empresas ya establecidas compiten, entonces, entre ser dedicados a actividades de innovación y a actividades de lobby. Los dos tipos de actividades se realizan para evitar ser desplazados (y seguir disfrutando de los beneficios en régimen de monopolio), pero las actividades de innovación permiten el crecimiento económico y las actividades de lobby y captura del regulador lo abortan.

El efecto reemplazo de Arrow y la competencia potencial y efectiva

Para Aghion y Howitt, las empresas establecidas habitualmente prefieren dedicar sus recursos a actividades de lobby ya que, la innovación “canibaliza” su propio producto. Es decir, la inversión en I+D no compensa porque, en caso de ser exitosa, los productos sustituidos son los suyos propios. Es decir, se consigue una nueva patente y su valor, pero se pierde por entero el valor de la patente anterior (solo incrementa el valor por el diferencial entre ellas).

Esta situación no ocurre con los nuevos competidores, ya que su incentivo a innovar no se ve frenado por el valor de otras patentes que él mismo no posee. Esta es una de las razones por las que, en general, los economistas austriacos ponen énfasis en la competencia potencial y no la competencia efectiva como criterio para saber si un merado es competitivo o no (la idea es que no importa cuantos oferentes existan en un momento determinado, si no que los oferentes actuales no bloqueen la entrada de nuevos competidores). Si la entrada es libre, los potenciales beneficios de la obtención de una patente que permite explotar un producto en régimen de monopolio generan el incentivo a la innovación y al crecimiento económico.

Curiosamente, este aporte no es original de nuestros premios Nobel, sino que es el denominado efecto reemplazo de Arrow, hipótesis que el famoso Kenneth Arrow planteó en 1962.

Este efecto reemplazo nos explica de manera magistral como uno de los mayores peligros para las economías capitalistas de mercado son las empresas ya establecidas y sus relaciones con el poder político.

La prueba de fuego: las economías desarrolladas tienen una alta rotación de factores productivos

Aghion y Howitt no se contentan con presentar su hipótesis, sino que también la fundamentan empíricamente.

Según los Nobel, las economías desarrolladas destacan por la alta tasa de rotación de factores productivos entre empresas.

Nos enseñan como en Estados Unidos anualmente más del 10% de las empresas entran o salen del mercado. Esto implica que hay una continua reasignación de factores productivos entre empresas. Esa reasignación asegura que el proceso constante de prueba y error hayekiano tenga lugar y que los que aciertan y tienen éxito innnovando se queden en el mercado y los que no lo tengan, salgan de él.

Ahora bien, el dinamismo empresarial ha caído desde mediados 2000s como se puede ver en la gráfica. Y esta caída coincide con una caída en el crecimiento de la productividad.

Por tanto, la tesis de Aghion y Howitt parece que casa bien con las dinámicas recientes en Estados Unidos. El proceso de destrucción creativa se habría frenado y, con él, los avances en la productividad y, en última instancia, en el crecimiento económico.

Dinamismo empresarial y destrucción creativa: un análisis sectorial

Aghion y Howitt no se quedan en un simple análisis temporal, si no que extienden sus investigaciones empíricas al nivel sector económico.

Para los premios Nobel, la rotación de trabajadores y factores productivos no es mayoritariamente entre sectores económicos (cosa que suele ocurrir más bien en recesiones económicas), sino que lo más habitual es que los trabajadores se muevan entre empresas dentro de un mismo sector económico.

De hecho, la propia definición de dinamismo empresarial sería esta: más creación y destrucción de empresas (y ahí el vínculo con la destrucción creativa schumpeteriana).

Con datos de Estados Unidos muestran que:

  • Los sectores que más empresas crean son también los sectores que más empresas destruyen (panel arriba izquierda)
  • Los sectores con alta destrucción de trabajo son también aquellos que más crean trabajo (panel arriba derecha)
  • Sectores con mayor creación, no solo tienen más destrucción de empresas, sino que las empresas que logran sobrevivir, destruyen más empleo ya que los trabajadores se moverían a las empresas nuevas (panel abajo derecha).

A mayor dinamismo y destrucción creativa, mayor crecimiento

Una vez establecido el vínculo entre dinamismo empresarial y destrucción creativa, los premiados Aghion y Howitt nos muestran como los sectores con más dinamismo empresarial son aquellos en los que más crece la economía.

Establecen que aquellos sectores que más empresas y trabajo destruyen son aquellos que más incrementan la productividad.

Todo un baño de realismo para aquellos países que legislan para dificultar el despido mientras reclaman un cambio de modelo productivo hacia una economía más innovadora.

Los premios Nobel de Economía del año 2025 nos muestran como una economía innovadora necesita de destrucción creativa, lo que implica que haya una alta tasa de destrucción de empresas y de trabajos y una continua reasignación de factores productivos, desde empresas marchitas hasta empresas punteras. Y esto no se puede conseguir si convertimos a las empresas en una especie de ministerios donde lo más importante es blindar la posición de los trabajadores existentes.

La supuesta seguridad de un modelo económico que dificulta el despido se paga muy cara en forma de estancamiento económico y descuelgue frente a las economías más desarrolladas e innovadoras del planeta.

Conclusión: un buen Premio Nobel de Economía (x2)

En el anterior artículo concluíamos que Joel Mokyr era un buen Premio Nobel de economía. En esta segunda parte del Nobel, la concedida a Philippe Aghion y Peter Howitt, la conclusión es idéntica.

Y es que Aghion y Howitt recuperan el concepto de destrucción creativa popularizado por Schumpeter y lo vinculan de manera magistral en una hipótesis sobre el crecimiento económico.

Aghion y Howitt no sólo plantean la hipótesis, sino que también la testan empíricamente, llegando a la conclusión de que hasta el 50% del incremento de la productividad total de los factores podría ser debida a la destrucción creativa.

Por último, Aghion y Howitt nos explican como las empresas establecidas pueden convertirse en enemigas de la innovación y subvertir el crecimiento económico buscando vínculos con el poder político que impidan la competencia.

Chapeau para el Premio Nobel de Economía del año 2025.


[1] Schumpeter hizo aportes al acervo del saber en ramas más allá de la economía. Por ejemplo, hizo aportes en sociología en su libro “Capitalism, Socialism and Democracy”, donde afirma que el capitalismo genera un crecimiento económico tan magnífico que termina degradando la base moral que sustenta el propio sistema capitalista. En el mismo libro también hace aportes a la teoría política con críticas a conceptos demasiado amplios de democracia.

[2] Schumpeter propuso establecer una relación entre ciclos económicos largos con los ciclos cortos. Los ciclos cortos (Kitchin y Juglar) se entroncan y explican como submovimientos dentro de ciclos más largos (Kuznets y Kondratiev) en su libro “A Theoretical, Historical and Statistical Analysis of the Capitalist Process” publicado en 1939. En este sentido, se puede considerar a Schumpeter un seguidor de Kondratiev, que muy probablemente fue el primero que realizó aportes de este tipo.

[3] Con su monumental “History of Economic Analysis” publicado en el año 1954

[4] Schumpeter pone énfasis en el empresario como creador de nuevas combinaciones de factores productivos para crear nuevos productos, nuevos métodos productivos, nuevos mercados y nuevas formas organizativas. Esto lo hace en su libro, “The Theory of Economic Development” publicado en 1911 originalmente en alemán. En otros trabajos posteriores acuña (o hereda) el concepto de destrucción creativa y lo vincula con los ciclos económicos en su libro “Capitalism, Socialism and Democracy”. También introduce taxonomías interesantes al distinguir entre respuesta adaptativa y respuesta creativa de los empresarios.

[5] Akerman y Dahmen estudian las tensiones que se generan entre países cuando hay innovaciones que destruyen empresas y sectores situados en un país y crean una industria nueva en el país que lleva a cabo la innovación.

[6] Traducción propia